¡En la batería! Un hombre que lleva el ritmo en la sangre, que no para de tocar incluso si se le cae el moño que tiene, un artista con aires de samurai, ¡Iiiiiiii Do-Hun!
Exprime el bajo como pocos, no se intimida en marcarse un solo el tiempo que le dé la gana. Con sus pintas de californiano no hace nada de ruido, pero sin él esto sería imposible: ¡Chooooong Iung-Yuuuuunng!
Un día Dios bajó del cielo y le robó una costilla al mismísimo Bunbury. De ahí se lo llevó a Corea y lo mezcló con el picante Kimchi y le regaló una guitarra de Sting para ver qué ocurría y éste es el resultado: ¡¡Choi Hu-Yuuuun!!
Vale, confieso que no me enteré de nada porque las canciones fueron en coreano y se puso a echar discursitos en mitad del concierto. La gente se partía de risa así que intuyo que tiene que ser un cachondo mental, pero aún así disfruté como un niño chico. Es una lástima que no haya encontrado ningún vídeo en concierto, pero aquí os dejo algunas canciones para que os hagáis una idea:
Y ¿qué decir del bar? Impresionante. He hecho una selección porque tampoco puedo cargar demasiado. Así es un bar de rock coreano:
Claro, a mí me ponen un concierto de buena música en un local como ese y a mí me ganan sí o sí. Y ya si encima te regalan y te firman el disco y se hacen una foto contigo ya es que... bufff... ¡están en el top!
¡Que viva el rock!
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